Debbie Harry era una chica más que decidió, a los 19 años, dejar Nueva Jersey y se plantó en Nueva York. La cantante cuyo icónico color de pelo da nombre al grupo encadenó varios trabajos para sobrevivir mientras buscaba la oportunidad de triunfar en la música. De hecho, llegó a ser conejita de Playboy llegando a declarar incluso que «el sexo es una cosa cool». En los años en los que trabajó en la revista erótica conoció y se enamoró del guitarrista Chris Stein, y gracias a las fotos que acompañaban a las maquetas, las discográficas se fijaron en esta nueva banda: Blondie.
Ahora ya ha cumplido 75 años, edad más que aceptable para publicar un libro contando su vida. Y más, si se trata de una vida tan agitada y completa como la de Debbie. En De cara, la biografía publicada por la Editorial Cúpula, narra como se siente al ser una de las mujeres más influyentes del rock y líder en el panorama musical de la escena punk y new wave de los 70.
De entre sus mil anécdotas y revelaciones, que van desde su proceso creativo, sus largas noches en Nueva York, la experiencia con las drogas o el hecho de ser una mujer en una industria dominada por hombres, destacamos algunos grandes titulares para conocer mejor a esta otra ambición rubia de la música.
Una Barbie con un lado oscuro
Asegura Debbie que siempre le gustó la idea de jugar con un personaje muy femenino liderando una banda de rock en la que los hombres jugaban un papel eminentemente masculino. «En las canciones decía cosas que las mujeres cantantes no decían por aquel entonces. No era sumisa ni le suplicaba que volviese; lo estaba machacando, echándolo de mi lado, y también machacándome a mí misma. Mi personaje en Blondie era una muñeca inflable, pero con un lado muy oscuro, provocativo y agresivo. Lo exageraba, pero iba muy en serio».
«Iggy Pop me describió una vez como ‘Barbarella después de tomar speed’. Barbarella era un personaje de cómic del futuro. Al fin y al cabo, nuestra banda compartía nombre con un personaje de dibujos animados y yo jugaba a ser una fantasía animada sobre el escenario. Pero la madre de aquel personaje realmente era Marilyn Monroe», concluye Debbie en el libro.
Debbie Harry sostiene una copia de su biografía ‘De cara’, en la presentación en una librería de Londres en octubre de 2019. / Tristan Fewings/Getty Images)
Narra una violación negándose a ser una víctima
Debbie narra en el libro uno de los capítulos más desagradables de su vida, sin reparar en detalles y con la intención de que sirva para enfrentarse en el futuro. Fue víctima de una violación a punto de cuchillo. Según cuenta, un hombre siguió a Deborah y Chris Stein, quien por entonces era su pareja, hasta su casa y allí, tras amenazarlos con un cuchillo, ató a Stein, robó sus guitarras y su cámara de fotos y, antes de irse, violó a Debbie en la cama.
«No puedo decir que pasara mucho miedo. Me alegro mucho de que este evento sucediese antes de la irrupción del sida o hubiese entrado en pánico. Al final me dolieron más las guitarras robadas que la violación«, reveló sin llegar al extremo de culparse a sí misma, tal como en su momento lo hizo Chrissie Hynde en el libro en el que cuenta sus memorias.
Se refiere a sí misma como «hija ilegítima»
Debbie fue dada en adopción cuando tenía tres meses. Habla en las memorias de ese periodo en el que estuvo moviéndose de casa en casa sin rumbo fijo. «Todo el mundo hacía lo mejor que podía conmigo, pero creo que nunca estuve del todo cómoda. Me sentía distinta; siempre estaba intentando encajar. Y hubo una época en la que siempre tenía miedo».
De hecho, se ha llegado a decir que Mother, una de sus mejores canciones con Blondie, está dedicada a su madre biológica. Pero no es así. Ella siempre ha dicho que se inspiró en un club subterráneo de Manhattan que fue uno de sus lugares habituales en los años 90 . «Creo que es una de mis mejores letras. Era sobre un club llamado Mother al que solía ir. Resume mis sentimientos sobre el lugar. Tiene sentimientos subyacentes sobre la búsqueda de la maternidad, pero no necesariamente aplico a mi», dijo en una entrevista en The Guardian.
La anécdota del pene de David Bowie
«Los primeros siete años de Blondie fueron una locura total», asegura la cantante en sus memorias, para darse cuenta luego de que no tiene demasiados recuerdos divertidos de esa etapa tan salvaje. «¿Siempre he sido tan seria? Sé que nos reíamos mucho cuando salíamos. ¿De qué nos reíamos? ¿Cuáles fueron aquellos momentos divertidos? Quizá simplemente estoy loca y las historias de terror me entretienen mucho más. Tengo muchas historias horribles que contar, y las contaré, pero voy a esforzarme mucho por desenterrar también la diversión«, asegura.
Entre esas posibles anácdotas divertidas que le cuesta recordar, sí que habla de la famosa vez en la que David Bowie le mostró su pene. «El tamaño era notorio y a él le encantaba mostrársela a hombres y mujeres. Era muy divertido, adorable y sexy. Supongo que me sentí halagada…», escribe la cantante.
Debbie Harry y David Bowie, en el backstage antes de un concierto en Manchester en 2003. / IAN HODGSON/AFP via Getty Images
Dar la cara, lo mejor para mostrarse al público
Debbie fue siempre fue el rostro de la banda y por eso su autobiografía es también un retrato de Blondie, con reflexiones de la vocalista que se pueden extrapolar a un estilo y a una época muy concretos. «Mi mentalidad natural de superviviente me conduce siempre hacia delante para vivir experiencias nuevas y tener historias que contar y, demos la cara, tal y como he aprendido con los conciertos, siempre es mejor dejar al público con ganas de más», asegura en sus memorias.
«Escribir mi historia me sigue pareciendo un territorio inexplorado. Como soy demasiado mayor, demasiado claustrofóbica y se me dan demasiado mal las matemáticas para viajar al espacio exterior, me he obligado a explorar mi espacio interior. Es un sentimiento no tan limitado físicamente, pero quizá aún más aterrador. Echando un vistazo a lo que tenemos hasta ahora, me gusta ver que he conseguido más cosas en la vida de lo que se esperaba de mí«, confiesa la artista.