La inesperada noticia ha hecho pública la complicada situación que atraviesa la firma, algo que ha sacudido al mundo de la moda a nivel internacional.
Cavalli tenía nueve tiendas en Estados Unidos repartidas entre California, Nueva York, Miami, Las Vegas y Dallas. En total, 93 empleado trabajaban para la firma en Estados Unidos. El portal especializado Business of Fashion ha contado de primera mano cómo, el pasado viernes, guardias de seguridad hicieron salir a los dependientes de los establecimientos.
El motivo del cierre, según informa The New York Times, se debería a los intentos desesperado de la marca por evitar la bancarrota mientras busca una línea de crédito con la que llegar un acuerdo con sus acreedores.
Unas dificultades financieras que parece que la firma italiana de moda no ha logrado evitar a pesar de la intención de renovarse que tiene desde 2015.
Ese mismo año, el grupo Clessidra SGR adquirió el 90% de la empresa pero ahora, al no obtener beneficios, quieren deshacerse de la casa florentina.
2015 también fue el año en el que se incorporó Peter Dundas como director creativo buscando recuperar el esplendor perdido del que había gozado Cavalli en los 90 y 2000. Sin embargo, a penas duró un año y medio en el puesto. En 2016 fue despedido junto a otros 200 trabajadores.
Una suerte parecida ha corrido Paul Surridge, que llegó a Cavalli en 2017 y que ha mostrado, a su salida, su descontento con la poca capacidad de renovación de la firma en todos los aspectos del negocio.
Los empleados han convocado una huelga hoy en las oficinas centrales de Florencia ante lo que podría ser el final de la mítica casa de moda.
