El (pen)último grito en materia de viajes para multimillonarios es subirse al jet. Pero no al avión privado de cada uno, sino al que fletan las cadenas hoteleras mejor valoradas del mundo para transportar a sus clientes vip de uno a otro de sus establecimientos en periplos diseñados por quienes no reparan en gastos.
En septiembre, sin ir más lejos, despegará el Boeing Business Jet con 24 asientos de Aman, la mejor cadena sobre la faz de la Tierra en 2018 según la compañía de estudios Luxury Travel Intelligence. Dueña de 33 complejos turísticos, hoteles y residencias privadas en 21 países, ofrece una ruta de 12 noches por China en cuatro paradas: Pekín, la antigua ciudad de Hangzhou, Lijiang y Shanghái. El objetivo es descubrir lo más destacado de la cultura china y sus tradiciones alojándose en hoteles que quitan el hipo.
El año que viene, en marzo, la apuesta de Aman sube con ‘El tour más grandioso’, un recorrido de 20 días para dar la vuelta al mundo con un máximo de 16 personas a bordo de un Airbus ACJ 318.
En ese tiempo se combinarán las estancias en algunos de los hoteles–oasismás relajantes de la compañía con una visita a la ciudad abandonada de Bhangarh, en el Rajastán indio, un paseo en barco del Peloponeso griego a la isla de Spetses, una clase de elaboración de sushi en Tokio y una excursión en helicóptero por los cientos de picos de piedra caliza que perforan la Bahía de Phang Nga, en Tailandia. ¿Qué cuánto cuesta la broma? Unos 115.000 euros por persona.