Los misterios que esconde ‘Bohemian Rhapsody’, la canción con la que Queen tocó el cielo
Escrito por AbelitoMusic el noviembre 7, 2018
El estreno en los cines de ‘Bohemian Rhapsody’, el filme que hace foco en la historia de Queen y en la vida de su cantante y líder Freddie Mercury, ha traído al presente la canción con la que la banda británica tocó el cielo. Un tema que salió a la luz en formato de disco simple hace 43 años y aún hoy encierra numerosos misterios.
Bohemian Rhapsody, que por entonces aparecía en las placas de fabricación nacional como Rapsodia Bohemia, es una de las canciones más populares no sólo de Queen, sino de la historia de la música. Esta exquisita pieza, fue escrita por Freddie Mercury para su álbum de 1975, A Night At The Opera, y lanzada el 31 de octubre de aquel año.
Mercury se negó a explicar el verdadero significado de la canción
A lo largo de esos seis minutos que llevan el sello puro de Mercury se trascienden las fronteras del rock. Queen al completo –Brian May, Roger Taylor, John Deacon y el propio Freddie- incorporaron un fragmento coral que hoy es una marca registrada de la banda. Además, añadieron cambios abruptos de estilos, tonalidades y tempo envueltos en una serie de misterios.
El compositor de la pieza se negó a explicar el verdadero significado de Bohemian Rhapsody, manifestando que sólo se trataba de “relaciones”. “Es una de esas canciones que tienen un aura de fantasía alrededor. Pienso que la gente debería simplemente escucharla, pensar en ella y luego formar su propia opinión acerca de lo que les dice… Bohemian Rhapsody no salió de la nada. Hice algunas investigaciones porque está pensada para ser un modelo de ópera, ¿por qué no?”, llegó a decir Mercury, al respecto, a mediados de la década del ‘70.
A partir de allí, varios suponen que dicha canción contiene referencias directas hacia los problemas personales del fallecido cantante y compositor. Tal es así que en un documental de la BBC sobre el proceso de creación de Bohemian Rhapsody, Roger Taylor (el batería de Queen) comentó que el verdadero significado de la pieza es: “claramente de autoexposición, con sólo unas pequeñas partes sin sentido, en el medio”.
Hasta el momento, no hay una lectura definitiva sobre la lírica de la canción. Por un lado, la teoría apunta a una historia de homicidio y confesión (”Mama, just killed a man”) como una analogía a labisexualidad de Mercury en aquellos tiempos (el músico había estado viviendo con Mary Austin durante siete años, pero en 1975 tuvo su primera pareja homosexual) a raíz de la frase “Mama mia, mama mia let me go”, que significaría realmente una petición de que lo dejen vivir plenamente su sexualidad.
A su vez, el letrista Tim Rice, quien trabajó con el cantante y compositor en su segundo disco como solista, Barcelona (1988), coincide con esta versión. En una entrevista al diario Daily Mailbritánico admitió que en la letra, Mercury “pudo haber matado al antiguo Freddie, a su antigua imagen (…), heterosexual, había muerto. Había destruido al hombre que intentaba ser y ahora era él mismo, intentando vivir con el nuevo Freddie”. Por otro lado, se cuenta que la letra se apoyaría en un Freddy Mercury frustrado por haber sido sacado de su natal Zanzíbar (actual Tanzania) cuando tenía 18 años de edad.
Otra de las teorías aceptadas sobre la canción se basan en que es un diálogo de un asesino suicida perseguido por sus demonios o momentos antes de una ejecución. Se comenta también que el tema recibe una influencia del escritor Albert Camus y su novela El extranjero (publicada en 1942), donde el protagonista dispara su arma a otra persona y es sentenciado a muerte por su crimen. Asimismo, también podría haber sido influenciada por Crimen y Castigo (de 1866), de Fiódor Dostoyevski.
Asimismo, otro de los integrantes de Queen, el guitarrista Brian May, se refirió al respecto, pero no dio una mayor explicación del tema. “Creo que a Freddie le divertía que hubiera tantas interpretaciones distintas de esa letra. Creo que es una canción magnífica que está más allá del análisis. No es que quiera eludir el asunto, es que pienso que amamos algunas canciones precisamente por eso”, dijo. Y agregó: “Tengo mis propias ideas y sentimientos sobre Bohemian Rhapsody, pero odio hablar de ello”.
En cuanto a la música, lejos de la ortodoxia estilística en la que se desarrollaba el lado B del single, I’m in Love with My Car, con la voz aguardentosa de Taylor al frente, la canción propone un recorrido que tiene su punto de partida en una introducción coral -apoyada por un por entonces llamativo trabajo de mezcla que pasaba de canal a canal la pregunta original: “¿Es esta la vida real, es sólo fantasía?”- que desemboca en un dramático relato interpretado por Mercury.
Y donde, la guitarra de May, entonces, construye un puente eterno hacia la sección operística. Al final, un rock furioso prologa un final con aires de resignación. Y melódicamente, con el piano de Mercury, abre uno de los grandes capítulos de la canción popular bajo la letra “Ooh yeah, ooh yeah/Nothing really matters/Anyone can see/Nothing really matters nothing really matters to me/Anyway the wind blows”.
Fuente Original: LA VANGUARDIA.COM