Mathew Knowles (Alabama, 1952) lo tiene. Muchos lo han buscado, otros han evitado el asunto, otros han especulado… Pero él no duda. Ha resuelto el enigma que persigue a la industria de la música desde que el pop sedujo a las masas. ¿Cuál es la fórmula para convertirse en una estrella? «Muy fácil: en un 30-35% es algo artístico y en el 65-70% restante es… negocio». No es una cifra que suelte a voleo. A lo largo de 27 años ha trabajado en este mundo, como mánager, gestor de compañías discográficas y asesor de muchos músicos, como Chaka Khan y Earth, Wind & Fire.
Pero, sobre todo, ha sido el impulsor de dos megaestrellas que, da la casualidad, son sus hijas: Beyoncé y Solange. Después de tutelar el grupo de la primera, Destiny’s Child, la acompañó en su carrera en solitario hasta que, en 2011, ella decidió romper con él. Una experiencia no tan traumática como la gente piensa, subraya Mathew, que hablará de ello y del resto de su trayectoria en el negocio este jueves en elBIME Pro, la feria profesional del Bizkaia International Music Experience. El BEC de Barakaldo acogerá este festival, que durante el fin de semana contará con las actuaciones de Jamiroquai, Foals, The Divine Comedy y Kraftwerk en formato 3D, entre otros.
«La clave del éxito es empezar con pasión», explica Knowles en conversación telefónica desde Houston, el lugar donde empezó su empresa. «Pero luego hay que acompañarla con una ética del trabajo», proclama. No tiene reparos en poner lo mercantil por encima de lo creativo. «Y eso que si miras los créditos de Survivor, el gran éxito de Destiny’s Child, aparezco como uno de los coautores, porque me he implicado en la parte artística. Pero ése no es mi objetivo».
Porque está en completo desacuerdo con la idea de que cuando aparece alguien con un talento como Michael Jackson o Beyoncé, resulta inevitable que el mundo se acabe postrando a sus pies. «Necesitas un equipo que rodee la creatividad. Beyoncé por ejemplo, fue eliminada en un concurso televisivo, Star search, y una compañía tan importante como Elektra Records la echó después de firmar un contrato con ella. Pero si te fijas en muchas de las grandes estrellas, como Michael Jackson o Beyoncé, fracasaron de manera miserable, muchas veces, antes de alcanzar el éxito», plantea.
De ahí su consejo a los jóvenes que empiezan en la música: «Muchos quieren alcanzar la cima instantáneamente. Pero yo pienso que hay que aprender de los fallos, verlos como una oportunidad para crecer y no una razón para dejarlo». Y, por supuesto, «tener un plan. No puedes pretender ser cantante, productor y diseñador de moda cuando todavía no has aprendido a dominar una sola disciplina. Lo que se consigue así es ser mediocre en un montón de cosas, pero nunca grande en ninguna».
De ahí que su idea del management de músicos se base en una «honestidad» que no siempre resulta agradable de oír para los interesados. «El porcentaje de éxito en esta industria es del 1%», sentencia. «El mánager es muchas cosas. Es un maestro, pero también alguien que te ayuda a que tus sueños se hagan realidad. Para eso hace falta una visión financiera. Y por eso resulta un trabajo tan complicado en estos tiempos».
Otra de las fórmulas que más repite Knowles es que «público es igual a ventas». Por ese motivo se muestra muy escéptico ante las posibilidades de que alguien que no esté al nivel de Taylor Swift pretenda ser la voz de una generación o lanzar mensajes políticos. «Cuando me viene alguien con un público de 300.000 personas diciendo que quiere meterse en historias de justicia social y cosas por el estilo… Si ni siquiera eres conocido en tu ciudad… Eso te lo puedes permitir cuando estás en la cima de tu éxito».
Y recuerda cómo, en su juventud, artistas como Marvin Gaye y Sly & The Family Stone hablaban de lo que sucedía, de la Guerra de Vietnam, de los movimientos por los derechos civiles, de la lucha contra la discriminación racial.. «El racismo sigue siendo un asunto central, seguimos teniendo guerras, problemas sociales como el #MeToo… Pero los millennial no parecen implicados», lamenta. «Por eso creo que hay que volcarse en lo más importante, que son las canciones, porque son ellas las que hablan mejor de estos asuntos, las que hacen que la gente se conecte con ellos. La música es poder».
Knowles no esquiva el tema de su separación de Beyoncé. «Nunca me he considerado un mánager, y eso sorprende a la gente», explica. «Soy un ejecutivo musical que, entre otras cosas, se encarga de gestionar las carreras de esta gente. Pero también he llevado un sello como Sanctuary Urban, he tenido 1.500 empleados por todo el mundo, he trabajado con grandísimos nombres que la gente tiende a olvidar… El mundo no gira alrededor de Beyoncé, ni el de la industria ni el mío». Y lamenta: «El conocimiento que tiene la gente de mí se basa en una única persona y yo no soy así. No estoy todo el día pensando en Beyoncé, desde que me acuesto hasta que me levanto».
Aún así, reconoce la particular situación de personas como él o como Joe Jackson, el patriarca de la familia Jackson. «Él era un obrero en una fábrica y yo tengo dos licenciaturas, más un posgrado y un doctorado. Además, él estaba más implicado en la parte artística y le encantaba estar en el estudio. Pero, así y todo, soy capaz de ver que muchas de las cosas que se dijeron de él no eran ciertas y que existe una situación que podemos compartir», dice del creador de los Jackson 5.
«La diferencia con otro tipo de mánager es que cuando, además, eres su padre o su madre, estás preocupado por el bienestar de tus hijos. Para algunas personas resulta complicado, porque significa estar demasiado ligado emocionalmente», reflexiona. «Pero incluso con mis dos hijas, tienes que tener la parte emocional y la del negocio. Ahora bien, cuando soy un hombre de negocios no ejerzo como padre y cuando soy padre no ejerzo de hombre de negocios», aclara.
Así, dice sentirse «muy honrado» porque este equilibrio haya calado entre su prole. «Mis hijas han escrito canciones sobre nosotros, su padre y su madre. Y ambos hemos trabajado duro para ser buenos padres y para darles una atmósfera de creatividad en la que aprendiesen del éxito y del fracaso. Y, sobre todo, en ser buenas personas».
Y pone sobre la mesa un dato: «Beyoncé y Solange son las únicas hermanas en la historia de la música que han alcanzado el número 1 de Billboard el mismo año. Por no hablar de que el grupo femenino más vendedor de todos los tiempos es Destiny’s Child. Así que, bueno, hemos conseguido hacer algo de historia a partir de una empresa familiar», se ríe Mathew, quien acaba de anunciar que ha superado un cáncer de mama. Él también es un survivor de la industria musical.