Después de anunciarse las nominaciones a los premios Emmy, Netflix — con nombres en 160 categorías — parece ser el gran ganador. Pero a pesar que HBO solo logró alcanzar 107, tiene muchas más posibilidades de alzarse como el gran ganador de la noche en septiembre.
Netfllix parece seguir adelante en lo que sin duda es una campaña de imparable éxito, que ahora tiene el peso de 160 nominaciones a los Emmy en todas las categorías. En contraste, el resto de los canales y plataformas se encuentran a una distancia considerable: la más cercana es la prestigiosa HBO con 107, que incluyen las principales categorías y, también, varias de las más importantes en el apartado técnico.
Todo indica que Netflix es el gran triunfador de la batalla por la relevancia de sus programas más importantes, y de todo lo que se relaciona con la posibilidad de ser encumbrado como el productor de lo mejor de la televisión actual. ¿O no?
La verdad es que el gigante de las transmisiones está muy lejos de alcanzar el prestigio de HBO, a pesar de haber obtenido mayor cantidad de nominaciones y que varios de sus programas han sido multinominados. ¿El motivo? Que HBO no solo compite por cantidad, sino en realidad por la calidad y es allí el punto importante en que la Netflix tiene más difícil la competencia.
Los Emmy como objetivo de negocio
Por supuesto, las expectativas son descomunales. La plataforma logró posicionar la mayor parte de sus programas y series de éxito entre las nominaciones, además de incluso lograr una improbable y discutible nominación para la muy criticada tercera temporada de Stranger Things.
No obstante, HBO logró un triunfo considerable con Watchmen (26 nominaciones), una serie atípica que además de adaptar una de las obras fundacionales de la cultura pop actual también tiene un tratamiento contemporáneo y muy poderoso sobre el racismo, tema que sin duda marcará el tono y el ritmo de la futura ceremonia.
Por otro lado, la mayor nominada de Netflix fue Ozark con 18, pero la serie producida por Jason Bateman continúa siendo un fenómeno reducido que, además, está lejos de poder equipararse al éxito de público y de crítica de la brillante propuesta de Damon Lindelof.
Las series de Netflix también deberán enfrentarse a Succession, que con 18 nominaciones se ha convertido en una serie de culto y, quizás, el producto más solido y denso de la oferta de HBO. Llamada el Game of Thrones contemporáneo, la serie de Jesse Armstrong es un trayecto por el poder y la codicia que tiene quizás, el guion más impecable de la televisión actual.
En contraste, la mirada pesimista de Ozark sobre temas similares resulta pálida y por momentos, incluso incompleta. Mientras Succession logra profundizar en el miedo y los dolores de la ambición con un estilo sobrio, despiadado y cruel, Ozarkapuesta a la tensión y a cierto aire de temible sobre los matices, lo que convierte a la historia en un recorrido cuidadoso por escenarios moralmente debatibles. Pero al final, la serie de Netflix no logra el impacto doloroso y demoledor de la de HBO.
Para el decano de los canales de cable, Succession es un éxito cuya solidez aumenta temporada tras temporada, lo que ha permitido al canal aumentar su impacto y crear una percepción de producto sólido y de calidad. Por su parte, Ozark ha tenido inevitables cambios de ritmo, tono y una reciente temporada irregular, que se criticó por carecer de cierto sentido de la oportunidad y en especial, de su importancia. Al competir entre sí, la notoria diferencia de calidad entre ambas series, pondrá a HBO en la cabeza en lo que al drama se refiere.