¿Vas de relación en relación?
Escrito por AbelitoMusic el noviembre 26, 2018
Acababas de romper con Juan cuando conociste a Pedro, y en seguida empezaste una relación con él. Cuando te dejó apareció Andrés, y luego Jorge y luego Carlos… ¿Es posible que seas una monógama en serie?El monógamo en serie es una especie de Tarzán de las relaciones: va de pareja en pareja como Tarzán iba de liana en liana. Para ellos son importantes la fidelidad, exclusividad o el compromiso, no es que sean acaparadores de relaciones. Lo que los caracteriza es que no dejan pausa entre relaciones, siempre tienen pareja.
No debemos confundirlo con personas que “son más de relaciones que de rollos de una noche” porque tienen sus matices diferenciadores.
Hay quien no se siente a gusto con los encuentros casuales y prefiere estar en el marco de una relación, pero esto no sería monogamia en serie puesto que estas personas sí que pueden pasar perfectamente épocas de soltería más o menos largas.
Si eres una monógama en serie es posible que…
- No recuerdes la última vez que estuviste soltera… durante al menos tres o cuatro meses.
- No te preocupe encontrar pareja en caso de quedarte sin ella ya que tu experiencia te dice que no tardarás en encontrar una nueva (al menos eso es lo que te ha sucedido en el pasado).
- No veas claramente el futuro con tu pareja, pero sí vives tranquilamente el presente con él. No te ves como “la madre de sus hijos” o viajando con el Imserso cuando tu pelo sea plateado, pero ahora mismo estás bien, te vale, es correcto todo.
Los monógamos en serie viven (en lo que a relaciones respecta) en un presente… continuo. ¿Por qué? Porque en realidad esas relaciones no les llenan pero les “sirven”, de momento. (Más adelante te cuento más sobre esto).
Los motivos
- Puede que sea voluntario, consciente y por decisión propia.
- Puede que sea porque tenemos una idea de lo que ha de ser el amor romántico,digamos, poco realista. Las creencias de que el amor ha de hacernos sentir mariposas TODO EL RATO y de que el amor todo lo puede (“si tenemos que esforzarnos por nuestra relación es que no va bien”) nos pueden llevar a creer que cuando se termina el enamoramiento significa que se acabó el amor. Y no es así: el enamoramiento da paso al amor, a otra etapa más serena pero no por ello menos intensa o bonita.
- Vivimos en una sociedad del consumo, y las relaciones se han convertido en un producto más: igual que existe el fast food existen las relaciones de consumo rápido.
- Tolerancia a la frustración cero: al más mínimo conflicto ponemos fin a la relación, pero como nos gusta la monogamia… buscamos otra.
Muchos monógamos en serie no lo son de un modo consciente: si les preguntas te dirán que ha sido todo un poco por casualidad, que esa nueva persona apareció justo en el momento…
Pero la realidad es que el azar no te lleva a entrar en una relación: es una decisión, y por tanto somos responsables de ella, no es el azar el que decide por nosotros.
¿Soledad? No, gracias
A veces en consulta me he encontrado con personas que han ido pasando de relación en relación, sin pausas, monógamos en serie. Al trabajar con ellos sus motivos de consulta (que no tienen que ver la mayoría de las veces con esto) a menudo me he topado con que tienen una idea de base en común: la soledad es negativa.
En ocasiones relacionamos estar solo con estar aislado, o le asociamos una serie de connotaciones muy negativas a la soltería. Pero la realidad es que ni tener pareja es la llave de la felicidad ni estar solo es estar «solo»/aislado.
Si huimos de la soledad es posible que acabemos involucrados en relaciones que realmente no nos llenan, en las que es posible que estemos por estar.
Esas relaciones son «clavos ardiendo» a los que nos agarramos para no enfrentarnos a lo que nos da miedo: esa noción de soledad que tenemos. Pero yo te pregunto: ¿qué es peor, estar solo o estar con alguien por estar?
El problema de estas relaciones «instrumentalizadas» es que no nos llenan y por tanto están abocadas al fracaso. Lo que solemos hacer es «atrezar» a la persona, maquillarle con lo que nosotros creemos que debería ser, obviando quien realmente es, para que encaje con lo que queremos.
Digamos que diseñamos en nuestra cabeza al otro, en un autoengaño supremo para justificar que sigamos con la relación. Pero el cartón-piedra no dura mucho y al final la realidad se abre paso y nos estalla en la cara.
¿Qué pasa después? Que la conclusión que sacamos es que «no tenemos suerte en el amor» o lo que es peor «es que todos los hombres/mujeres son iguales», lo cual condiciona nuestras decisiones futuras llevándonos, paradógicamente, a elegir de nuevo a parejas… para no estar solos. Con esto alimentamos, una y otra vez, el ciclo de la monogamia en serie.
Un ejemplar de monógamo en serie
Ted Mosby, de Cómo conocí a vuestra madre es un monógamo en serie.
A pesar de que a lo largo de todas las temporadas le vemos tener algún que otro affair de una noche la realidad es que él lo que quiere es tener una relación, y de ahí que se comprometa con una chica y luego, cuando esa relación fracasa, con otra, otra, otra más…
En esta serie hay un ejemplo aún más evidente de monogamia en consecutiva: en el décimo capítulo de la quinta temporada titulado “La ventana” conocemos a Maggie, una chica que acaba de quedarse soltera.
En cuanto Ted, que está deseando tener una relación estable, se entera de la noticia se apresura a tener una cita con ella. Ha de darse prisa porque es una chica que SIEMPRE tiene pareja, y solo durante unos pocos días entre sus relaciones está soltera. Y ya no te cuento más por si (áun) no has visto la serie.
Si has saltado de relación en relación en los últimos años ha llegado la hora de la reflexión
- ¿Cuáles son mis creencias acerca de la soledad, la soltería, etc.?
- ¿Qué me gustaba DE VERDAD de mi última pareja?
- ¿Cuánto había de atrezzo en esa historia y cuánto de realidad?
- ¿Cuáles son los pros de estar con alguien “por estar” y cuáles los contras?
- ¿Qué quiero de verdad en una pareja?
Cada uno es libre, faltaría más, de vivir su vida amorosa como mejor le plazca. Sin embargo cuando esas relaciones no nos llenan, cuando nacen de necesidades y no de apetencias no son tan sanas como cabría desear.
Al amor es mejor llegar desde la libertad y el deseo, no para cubrir huecos o “tener algo porque es mejor que estar soltero”. Si es tu caso quizá sea buen momento para reflexionar y decidir si rompes, o no, tu dinámica. ¡Ánimo con ello
Fuente Original: Tendencias.com