Los Cerveceros de Milwaukee sorprendieron nuevamente en la Serie Divisional de la Liga Nacional, asegurando la ventaja 2-0 ante los Cachorros de Chicago con un triunfo 7-3 en el American Family Field que combinó poder inesperado y relevo dominante.
A pesar de llegar a la postemporada con limitadas opciones en su rotación, Milwaukee elaboró un plan de pitcheo preciso y logró neutralizar a los Cachorros en momentos clave.
La diferencia la marcaron jonrones estratégicos y un relevo intermedio inspirado de Jacob Misiorowski, un novato que, tras dificultades para localizar la zona de strike en la temporada regular, se convirtió en el héroe inesperado del partido.
El ataque comenzó con un jonrón de tres carreras de Andrew Vaughn, replicando la respuesta de Seiya Suzuki en la primera entrada, seguido por un solitario jonrón de William Contreras que rompió el empate en la tercera entrada. El punto culminante llegó en la cuarta entrada con tres carreras de Jackson Chourio, quien superó problemas físicos recientes para dejar su marca en la postemporada.
La noche fue histórica para un equipo que, en 57 años de postemporada, jamás había conectado jonrones con varios corredores en base, hasta lograrlo dos veces en apenas cuatro entradas. Chourio incluso conectó su batazo a 162.4 km/h, la recta más rápida para un jonrón en la era del seguimiento de lanzamientos desde 2008, superando el récord previo de Nelson Cruz.
En el montículo, Misiorowski se adueñó del juego con 12 outs en 57 lanzamientos, incluyendo 12 bolas rápidas a más de 164 km/h, demostrando que la combinación de velocidad y control puede ser decisiva cuando se planifica un duelo de bullpen desde el inicio.
Con esta victoria, los Cerveceros no solo fortalecen su posición en la serie, sino que también envían un mensaje: su ofensiva, hasta ahora limitada en jonrones durante la temporada regular, puede explotar en momentos críticos, y su bullpen, aunque joven, promete ser un arma clave en la postemporada.