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El 19 de julio de 2025, el mundo se despidió del príncipe saudí Al-Waleed bin Khaled bin Talal Al Saud, conocido como el "Príncipe Durmiente", quien falleció a los 36 años. Su vida estuvo marcada por un trágico accidente vehicular en 2005, que lo dejó en coma durante dos décadas, simbolizando una lucha constante entre la vida y la muerte.
Su padre, el príncipe Khaled bin Talal, confirmó la noticia a través de un comunicado en redes sociales, expresando su profundo dolor y fe: "Con corazones creyentes en la voluntad y el decreto de Alá, lamentamos la pérdida de nuestro amado hijo".
El príncipe Al-Waleed sufrió el accidente a los 15 años mientras estudiaba en una academia militar en Londres. El choque provocó un severo traumatismo craneoencefálico y una grave hemorragia cerebral, dejándolo en un estado vegetativo persistente. A pesar de los esfuerzos médicos y el inquebrantable apoyo de su familia, nunca recuperó la conciencia.
Una Historia que Trascendió Fronteras
Su lucha y fe resonaron en todo el mundo, convirtiéndose en un fenómeno mediático, especialmente en el mundo árabe. Cada 18 de abril, en su cumpleaños, las redes sociales se llenaban de mensajes de aliento y oraciones. Durante años, pequeños movimientos, como el levantamiento de los dedos, alimentaron la esperanza de su recuperación, aunque los médicos no confirmaron avances significativos.
El príncipe Khaled bin Talal desempeñó un papel crucial en esta historia. Se negó a desconectar los aparatos que mantenían vivo a su hijo, creyendo firmemente que "si Dios hubiera querido que muriera, estaría en su tumba ahora".
El Legado del Príncipe Durmiente
La muerte de Al-Waleed pone fin a una vigilia de 20 años, pero también cierra un capítulo de esperanza y fe que trascendió más allá de Arabia Saudita. Aunque los avances médicos no lograron devolverle la conciencia, su historia se convirtió en un símbolo de fortaleza y amor familiar frente a la adversidad.
Aunque aún no se ha revelado una causa específica de su fallecimiento, se sospecha que fue consecuencia de complicaciones relacionadas con su prolongado estado vegetativo. La pérdida del príncipe ha dejado una profunda tristeza en la familia real saudí y ha tocado el corazón de millones que siguieron su lucha en silencio.