Después de más de dos décadas, los Marineros de Seattle lograron este miércoles su primer campeonato de la División Oeste de la Liga Americana desde 2001, gracias a una victoria de 9-2 sobre los Rockies de Colorado. La figura estelar fue el receptor ambidiestro Cal Raleigh, quien conectó dos jonrones más y sumó 60 carreras impulsadas en la temporada, la cifra más alta de las Grandes Ligas.
«Hacerlo frente a nuestros fanáticos, con mi mamá y papá presentes, es realmente especial», expresó Raleigh, séptimo jugador en alcanzar 60 jonrones en una campaña.
Aunque Raleigh acaparó titulares, el éxito de Seattle fue un esfuerzo colectivo. Además del receptor, el equipo contó con cuatro All-Stars: los jardineros Randy Arozarena y Julio Rodríguez, el lanzador Bryan Woo y el cerrador Andrés Muñoz.
El camino no fue sencillo. Antes del receso de verano, los Marineros apenas tenían seis victorias por encima de .500 y estaban a juegos y medio del liderato de la división. Para reforzar la plantilla, el equipo incorporó a Eugenio Suárez y Josh Naylor, cuya llegada resultó decisiva en la racha final, donde los Mariners ganaron 16 de sus últimos 17 partidos.
A pesar de enfrentar lesiones en su rotación titular, el veterano Luis Castillo y el joven Woo mantuvieron la solidez del pitcheo, mientras la profundidad del equipo permitió que la franquicia se mantuviera competitiva hasta asegurar su pase a la postemporada.
El mánager Dan Wilson destacó la fortaleza del plantel: «Tenemos jugadores increíbles, profundidad en el pitcheo y en la alineación. Eso marca la diferencia».
Ahora, Seattle encara la postemporada con la ilusión de superar finalmente la barrera de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, un hito que la franquicia nunca ha logrado. «Estamos jugando nuestro mejor béisbol ahora mismo. Creo que tenemos una oportunidad», aseguró Logan Gilbert.
Con un equipo equilibrado y lleno de camaradería, los Marineros buscan escribir un capítulo histórico y acercarse por primera vez a la Serie Mundial.