



La actriz francesa Brigitte Bardot, fallecida este domingo a los 91 años, dejó una huella imborrable en la historia del cine y la cultura francesa con una carrera breve, pero profundamente influyente. Convertida en un símbolo contradictorio de su tiempo, fue celebrada como emblema de la emancipación sexual femenina y, al mismo tiempo, cuestionada como objeto de deseo en una sociedad marcada por la doble moral.
Admirada por figuras intelectuales y artísticas como Marguerite Duras, Simone de Beauvoir, Jean-Luc Godard y François Truffaut, Bardot destacó por una autenticidad que desafiaba las normas del patriarcado a través de una libertad personal y artística poco común para la época. A lo largo de su trayectoria protagonizó cerca de medio centenar de películas, aunque solo seis fueron consideradas por la propia actriz como representativas de su legado.
Entre ellas figura “Y Dios… creó a la mujer” (1956), dirigida por Roger Vadim, filme que la catapultó al estrellato internacional. En el papel de Juliette Hardy, una joven huérfana de fuerte magnetismo sexual, Bardot sacudió a la sociedad francesa con una recordada escena de baile al ritmo de mambo, que consolidó su imagen como sex-symbol global.
Su consagración como actriz llegó con “La Verdad” (1960), dirigida por Henri-Georges Clouzot. En este drama judicial, Bardot ofreció una de sus interpretaciones más complejas al encarnar a una joven juzgada por asesinato, en una película que criticó abiertamente la hipocresía social y la moral selectiva de la Francia de entonces.
En “¡Viva María!” (1965), bajo la dirección de Louis Malle, compartió protagonismo con Jeanne Moreau en una historia ambientada en una revolución latinoamericana ficticia, rompiendo estereotipos femeninos y asumiendo roles de liderazgo y rebeldía.
Finalmente, “El oso y la muñeca” (1970) marcó una de sus últimas apariciones antes de retirarse definitivamente del cine en 1973. En esta comedia atípica, Bardot se alejó del arquetipo habitual para interpretar a una mujer sofisticada enfrentada a un amor esquivo.
