Shakia y Gerard Piqué cerraron la venta de una de las tres mansiones que compartían en Esplugues de Llobregat, Barcelona, tres años después de su ruptura. La propiedad se vendió por algo más de tres millones de euros, confirmaron medios como ABC y La Vanguardia.
La cantante y el exfutbolista adquirieron el complejo en 2012, con el objetivo de convertirlo en un espacio familiar junto a sus hijos Milan y Sasha, así como los padres de la artista. El proyecto, diseñado por la arquitecta Mireia Admetller, incluyó tres viviendas conectadas por jardines, piscinas, gimnasio, sala de juegos, estudio de grabación y terrazas con vistas privilegiadas.
Aunque la operación no resultó sencilla, la pareja consiguió vender una de las viviendas. Sin embargo, las otras dos casas principales del complejo siguen en el mercado por 10,99 millones de euros.
La mansión representó tanto momentos familiares como la última etapa de crisis y separación de la pareja. Con esta transacción, Shakira y Piqué siguen cerrando capítulos y dividiendo su patrimonio, mientras rehacen sus vidas por separado.