El gobernador de Georgia, Brian Kemp, confirmó este viernes el envío de 316 miembros de la Guardia Nacional a Washington D.C., pese a que las autoridades de la capital demandaron a la administración del presidente Donald Trump por ordenar el despliegue de tropas en la ciudad.
De acuerdo con la oficina del gobernador, el contingente estará compuesto por 300 soldados y 16 efectivos de apoyo, quienes llegarán a mediados de septiembre para relevar a militares ya presentes en la capital.
«La Guardia de Georgia se unirá a otros siete estados y a más de 2.200 guardias de todo el país para brindar una presencia visible en apoyo a las fuerzas del orden locales en D.C.», señaló el comunicado oficial.
El envío de tropas desde Georgia se suma a la participación de otros estados republicanos como Virginia Occidental, Ohio, Misisipi, Carolina del Sur, Luisiana y Tennessee, que han mandado refuerzos a la capital, donde ya operan más de 900 efectivos de la Guardia Nacional del Distrito de Columbia.
Este jueves, el mando de la Guardia Nacional de D.C. anunció la extensión de su despliegue hasta el 30 de noviembre. El mismo día, el fiscal general del Distrito, Brian Schwalb, presentó una demanda contra la administración Trump, pidiendo al tribunal que declare la decisión presidencial como “inconstitucional y contra la ley federal”.
El 11 de agosto, Trump asumió el control de la seguridad de la ciudad por 30 días bajo el argumento de una supuesta “emergencia por alta criminalidad”, pese a que los registros policiales muestran los niveles de homicidios más bajos de las últimas tres décadas.
Desde la Casa Blanca, el mandatario afirmó: «Prácticamente no tenemos índices de delincuencia, y D.C. ha pasado de ser la ciudad más insegura de Estados Unidos, casi a una de las más seguras, quizás la más segura del país».
Trump adelantó que la próxima semana saldrá a cenar a un restaurante en la capital como señal de confianza en la seguridad: sería la primera vez que lo haga en dos mandatos fuera del hotel de su propiedad, hoy cerrado.
El presidente también dejó entrever que podría aplicar una medida similar en Chicago, Nueva Orleans o Baltimore, todas gobernadas por alcaldes demócratas, pese al rechazo expreso de sus autoridades locales.