



El huracán Melissa volvió a alcanzar la categoría 4, de un total de 5, el martes, de acuerdo con el último reporte del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés).
Con vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora, el huracán se localiza a 175 kilómetros al suroeste de Guantánamo, Cuba, y avanza hacia el este de la isla a una velocidad de aproximadamente 15 kilómetros por hora.
Melissa cruzó Jamaica ayer martes como un huracán de categoría 5, con vientos superiores a los 280 kilómetros por hora, y posteriormente se debilitó hasta ser clasificado como categoría 3 antes de volver a reforzarse en su trayecto hacia Cuba.
Actualmente, el ojo del huracán está a unos 260 kilómetros al suroeste de Guantánamo, una de las zonas del este de la isla que ya están siendo afectadas por la tormenta, con fuertes lluvias y vientos.
"Se espera que el núcleo de Melissa se desplace sobre el este de Cuba a lo largo de la noche y de la mañana del miércoles, para luego moverse hacia el sureste o el centro de las Bahamas y acercarse a Bermuda el jueves", explica el NHC.
Las autoridades cubanas han advertido del riesgo para la vida por los efectos de Melissa, con probabilidad de que se produzcan inundaciones súbitas, penetraciones del mar en zonas bajas costeras, derrumbes e, incluso, roturas de presas.
De hecho, las lluvias ligadas al potente huracán ya están provocando crecidas de ríos e inundaciones en el este de Cuba, a horas de que el ojo toque tierra en el oriente de la isla.
Melissa cruzó Jamaica este martes, dejando más de medio millón de personas sin luz e inundaciones y deslizamientos de tierra en todo el país.
El primer ministro, Andrew Holness, declaró Jamaica como "zona catastrófica" e informó que unas 15.000 personas están alojadas en refugios en este momento.
Se espera que las autoridades cubanas activen planes de emergencia para proteger a la población y minimizar daños, mientras los meteorólogos continúan monitoreando la trayectoria del huracán.
Los especialistas advierten que la combinación de fuertes vientos y lluvias intensas podría generar daños significativos en viviendas, infraestructura y cultivos, afectando seriamente la vida de los habitantes en las próximas horas.
Las alertas se mantienen activas en comunidades costeras y rurales, donde el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra es mayor, mientras las autoridades instan a la población a permanecer en refugios y seguir las instrucciones oficiales.