El gobernador demócrata de Pensilvania, Josh Shapiro, cuestionó este martes la forma en que el presidente Donald Trump aborda los episodios de violencia política, calificando su postura de «condena selectiva». Sus declaraciones se dieron tras el asesinato del comentarista ultraconservador Charlie Kirk, ocurrido el 10 de septiembre en Utah.
Durante su intervención en la Cumbre Global para Erradicar el Odio 2025 en Pittsburgh, Shapiro advirtió sobre los riesgos de discursos parciales.
«Debemos rechazar la retórica de la venganza y, en cambio, centrarnos en la labor de sanación», expresó el gobernador, recordando que él mismo fue víctima de un ataque con bombas incendiarias en la residencia oficial en abril pasado.
Según dijo, las condenas a medias pueden ser interpretadas «como un permiso para cometer más violencia, siempre y cuando se ajuste a su narrativa».
El crimen contra Kirk, de 31 años, se produjo cuando recibió un disparo en el cuello dentro de la Universidad de Utah Valley, lo que avivó el debate nacional sobre la violencia política.
Trump reaccionó vinculando el hecho con un supuesto clima de hostigamiento hacia sus seguidores y pidió «proteger a los patriotas que piensan diferente», responsabilizando a la «izquierda radical» del deterioro del ambiente político.
Shapiro insistió en que «algunos, desde los rincones más oscuros de internet hasta la Oficina Oval, quieren seleccionar qué instancias de violencia política quieren condenar», una práctica que, según él, amenaza los principios democráticos.
En la cumbre, líderes comunitarios y religiosos coincidieron en que la violencia política, sin importar de dónde provenga, representa un riesgo directo para la estabilidad democrática de Estados Unidos.