



Al menos tres personas murieron y más de 15 mil resultaron desplazadas en Jamaica tras el devastador paso del huracán Melissa, un fenómeno de categoría cinco que arrasó gran parte de la isla, provocando inundaciones, deslizamientos de tierra y graves daños en la infraestructura. El Gobierno declaró este martes al país como “zona catastrófica” ante la magnitud del desastre.
Melissa tocó tierra en la parroquia de Westmorland, al suroeste de la isla, con vientos de hasta 295 kilómetros por hora, dejando a su paso un panorama de destrucción: seis hospitales fuera de servicio, ríos desbordados y carreteras anegadas.
El fenómeno también provocó la caída del tendido eléctrico en gran parte del territorio, incluida la capital Kingston, lo que ha dejado sin electricidad a unas 530 mil personas, equivalente al 76 % de la población, según informó el ministro de Desarrollo Comunitario, Desmond McKenzie.
Miles de familias permanecen refugiadas en albergues temporales, mientras las autoridades y organismos internacionales coordinan el envío de ayuda humanitaria.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) activó su plan de emergencia, y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) prepara el envío marítimo y aéreo de suministros de socorro desde Barbados, que llegarán una vez las condiciones meteorológicas lo permitan.
Melissa abandonó territorio jamaicano cerca de las cinco de la tarde por la zona de Salt Marsh, con rumbo hacia Cuba como huracán de categoría cuatro, dejando tras de sí un país en emergencia que requiere atención inmediata para asistir a los damnificados y reconstruir las zonas afectadas.