El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, modificó este martes su postura sobre el conflicto entre Israel y Gaza, asegurando que “no habrá un final concluyente”, apenas un día después de haber declarado que la guerra podría resolverse en “dos o tres semanas”.
Durante una reunión de gabinete, Trump fue consultado por periodistas sobre las operaciones militares israelíes en la Franja de Gaza y respondió con un tono más pesimista: “Esto lleva mucho tiempo ocurriendo, no hay nada concluyente”.
La afirmación contrasta con sus declaraciones previas del lunes, cuando lamentó la muerte de cinco periodistas en el bombardeo a un hospital en Gaza y consideró que “esto debería terminar pronto”.
El presidente había asegurado entonces que existían condiciones para que el conflicto se resolviera rápidamente, lo que generó expectativas internacionales sobre una posible mediación de Washington. Sin embargo, su retractación del martes diluyó esas expectativas y refleja la complejidad geopolítica que rodea a la región.
Trump también señaló que desea una pronta solución tanto en Gaza como en la guerra entre Rusia y Ucrania, aunque evitó precisar qué acciones concretas tomará su administración en ambos escenarios.
En paralelo, la organización Human Rights Watch (HRW) advirtió este martes que el Ejército estadounidense podría enfrentar “consecuencias legales” por su respaldo a las Fuerzas Armadas de Israel, acusadas de cometer crímenes de guerra en Palestina. La advertencia aumenta la presión internacional sobre Washington, que ha intensificado su cooperación militar con Tel Aviv en los últimos meses.